Espectro radioeléctrico: discutible enfoque de la Subtel
RONALDO BRUNA VILLENA Profesor Asistente Facultad de Economía y Negocios Universidad Andrés Bello
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RONALDO BRUNA VILLENA
La fórmula anunciada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) para zanjar el conflicto respecto de la banda 3.5 GHz, poniéndole el precio al cambio de uso, tiene riesgos para la competencia. La modalidad elegida por la autoridad para la asignación de esa banda (vital para el avance del 5G) va en un sentido distinto a lo dispuesto por el TDLC, que recomienda que estos procesos se hagan mediante una licitación abierta que permita definir su precio de mercado.
La asignación del espectro radioeléctrico es clave para impulsar la competencia y disminuir las barreras de entrada, abriendo posibilidades a empresas que tienen una menor participación de mercado o a nuevos competidores. Sin embargo, esta nueva propuesta plantea varias interrogantes.
“Es preferible utilizar mecanismos de mercado para determinar los precios del espectro radioeléctrico, promoviendo la competencia vía licitaciones y asignando como ganador a la empresa con la mejor oferta económica”.
La primera es: ¿cómo garantizará Subtel la participación de todos los posibles interesados en esta banda (no sólo las seis empresas invitadas a la mesa técnica)? Facilitar la participación del mayor número de actores permitirá que la competencia entregue mejores resultados y también atraer a nuevas compañías. Ahí radica la importancia de la modalidad de licitación o concurso, asignando el espectro a las empresas que ofrecen mayor valor por el recurso, y estableciendo incluso la obligación de contraprestaciones que aseguren inversión y cobertura en zonas que no son atractivas comercialmente.
Una segunda duda es cómo se evitará que se intercambie información sensible de las compañías sobre el precio del espectro y de planes futuros en torno al desarrollo de las bandas de 3.5 GHz. Es preocupante -y va contra las guías que la Fiscalía Nacional Económica ha entregado en la materia- que los principales competidores de una industria se junten e intercambien información comercialmente sensible sobre un activo estratégico tan relevante como el espectro radioeléctrico.
Según se señaló en la prensa, otro de los objetivos de esta mesa es poner un precio a los MHz para permitir un cambio de uso de la concesión, en acuerdo con las empresas participantes. Es aquí donde nace una tercera pregunta: ¿cómo garantiza la autoridad que está alcanzando el mejor precio para la sociedad y no sólo el mejor precio para la industria?
Y, por último, ¿cómo se estaría cumpliendo con lo considerado por el TDLC en su resolución N°62 de 2020, en relación con la necesidad de licitar la banda de 3.5 GHz para otorgar concesiones para servicios móviles, sin limitaciones sobre quienes deben participar en dicho concurso público, haciendo algo distinto a ese camino?
Es necesario despejar estas y otras dudas en torno a la fórmula utilizada para asignar el espectro de 3.5 GHz y los riesgos y beneficios de esta mesa de trabajo. Todo indica que es preferible utilizar mecanismos de mercado para determinar los precios del espectro radioeléctrico, promoviendo la competencia a través de licitaciones y asignando como ganador a la empresa que entregue la mejor oferta económica.
Durante décadas los organismos encargados de libre competencia han trabajado para mejorar la competitividad del mercado de servicios móviles, consiguiendo menores precios y mejores productos que benefician tanto a las empresas del país como a todos los consumidores. Esta fórmula parece ir en sentido contrario e incluye riesgos para la competencia que no son aconsejables.